“Así dice el SEÑOR: Maldito el
hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del SEÑOR se
aparta su corazón”. Jeremías 17:5
Nunca he militado en agrupación
política alguna, llevo más de 20 años sirviendo a mi país a través de ONG´s, y
alrededor de cinco participando como activista social en distintos movimientos,
desde la lucha por el 4% del PIB para la Educación con la Coalición Educación
Digna, pasando por Justicia Fiscal, luego del paquetazo consecuencia del
déficit Fiscal del 2012, siguiendo con Impunidad Cero tras la desidia de la
Justicia por investigar a los corruptos y últimamente me adherido a Somos
Pueblo ante la falta de empoderamiento ciudadano por la lucha del ejercicio
responsable de nuestros derechos ciudadanos. En ese caminar y ante la
desesperanza imperante en el sistema de partidos políticos tradicionales y la
gran descomposición del partido de gobierno, su blindaje y modelo clientelar
corporativo, he tomado la decisión de involucrarme en la política, a la cual
llego consecuentemente, con una visión no partidista, sin negar tener mi
preferencia electoral para estas elecciones, luego de haber votado en las
pasadas por Guillermo Moreno, he comprendido que Luis Abinader puede reunir las
condiciones para con todo el concurso de los dominicanos ser el próximo
presidente de la nación.
Muchos objetan su candidatura por
su procedencia de uno de esos partidos tradicionales, que igualmente traicionó
nuestra confianza, tal como lo hizo Hipólito Mejía con la reelección electoral,
y cómo siendo ellos mayoría congresual, no la usaron para crear los cambios que
hoy lamentamos no tener. Y que por tanto en el entorno partidario del PRM,
existe un grupo de políticos con la visión errada de ir a la política para
servirse y vivir de ella, y no para servir al pueblo y gozarse en mejorar las
condiciones de los de menos oportunidades, a la vez que construimos una nación
institucionalizada y con autoridades que cumplan en el marco de sus
atribuciones y las leyes por el bien nacional y no partidario. No obstante, yo
pienso, que en la coyuntura política actual, Luis Abinader puede anteponer las
apetencias de “esos cuestionables” y propiciar un cambio de visión. Antes que
nada, porque él solo, sin las demás fuerzas políticas le será imposible llegar
al poder. Porque sin una agenda programática, propositiva de prioridades
impostergables que garanticen que cualquiera que llegue a una posición electiva,
podrá ser cuestionado y en caso de incumplir con su deber hasta removido, todo mediante
mecanismos que existen pero que aún no han podido ponerse en funcionamiento al
servicio del pueblo, tales y como los son: el referéndum, el plebiscito y
cuando sea necesario y pertinente la constituyente.
Igualmente importante, Luis
Abinader debe promover de manera humilde, la unión de toda la oposición,
buscando concretizar alianzas en base a un programa de gobierno consensuado, que
priorice y garantice con mecanismos factibles los cambios impostergables. Y en
lo referente a las distintas posiciones electivas, propiciar un proceso de
plebiscito para la selección de los mejores perfiles de ciudadanos y ciudadanas
idóneos para desempeñar esos cargos electivos. Luis debe entender el momento
sociopolítico actual, donde es necesario atraer al votante apático nuevo y de antaño,
que se resiente a participar en las elecciones y se abstiene a ejercer su
derecho, por no vislumbrar alternativa atractiva distinta al existente del tipo
de la clase política que ha concurrido en la política dominicana. Si Luis y
quienes le acompañan quieren impactar favorablemente en ese segmento, que a fin
de cuentas es el que va a definir estas elecciones, deben estar dispuesto a
ceder y sacrificar apetencias electorales a cambio de un nuevo modelo de hacer
política, enfocado en lo que desea y espera el votante.
Desde la otra cara, mirando a
Guillermo Moreno de Alianza País, un político con una visión distinta a la
habitual, que no está dispuesto a trasgredir sus principios políticos, éticos y
morales, por acuerdos de corte político clientelar como ha sido la tradición de
pactos, debe recibir señales claras de los demás candidatos que se oponen al
eje del Pacto Reeleccionista PLRDSC, que indiquen que se trata de un dialogo de
doble vía donde los puntos de la agenda concurran en dirección de las
necesidades impostergables para un cambio de rumbo en el quehacer político
nacional, que anteponga los intereses particulares por los de las mayorías. En ese sentido, estoy confiado que la presión
de una ciudadanía hastiada de la actual situación gubernamental en todas sus
esferas, llevaran a que ambos lleguen a un acuerdo. Así mismo, lo veo con Max
Puig y Alianza Por La Democracia, e igual cuando Opción Democrática y Minou Tavarez
sean reconocidos, ya que la unión es necesaria para recomponer el Congreso y
los Ayuntamientos, y de esta forma la República Dominicana resulte gananciosa,
por iniciar un nuevo proceso de cambio, que busque poner a valer nuestros
derechos democráticos y hacernos verdaderos partícipes de nuestro futuro, solo
así podremos construirlo.
Para finalizar, debe quedar claro
en la mente nuestros políticos, que ha terminado el tiempo de que los electores
le firmemos carta blanca a su discrecionalidad, sino por el contrario, a llegado la hora de que sepan es lo opuesto, que
estarán sujetos a nuestro escrutinio para velar si cumplen o no con nuestras
aspiraciones, porque la principal prioridad del próximo gobierno es el
empoderamiento ciudadano que hará posible así sea y dejemos de estar a merced
de sus apetencias personales y grupales.
Valientey decision Giovanni, adelante!!!
ResponderEliminarYa es tiempo de empoderarnos y agarrar el toro por los cuernos, saludos. - - LMB
EliminarDe acuerdo con usted hermano, creo al igual que otros que, políticamente hablando Luis Abinader es el único candidato que tiene la posibilidad de que saquemos del poder al PLD
ResponderEliminar